Para despertar el alma mediante tiernos trazos de arte;
para despertar el genio y reconfortar el corazón;
para hacer que la humanidad, en consciente y libre ánimo,
viva cada escena y sea lo que se halla ante sus ojos;
por ello la musa trágica pisó por primera vez el escenario.
Este texto me fue compartido por Cecilia Solari.